
Aunque no estés involucrada directamente en el mundo de las ventas, hay un aspecto esencial que tienes que tener en cuenta y es que tienes que venderte a tí misma.
Parece que está mal visto hablar de ventas y lo disfrazamos con otras acepciones. Pero lo que realmente ocurre es que tememos el rechazo que conlleva vender algo.
Cada vez que alguien hace una recomendación sobre un producto o servicio que le ha gustado, está haciendo una venta indirecta.
¿Te gusta interactuar con la gente que te rodea? Y no hablo sólo de la gente con la que tienes confianza como compañeros, familiares o amigos.
¿Haces networking?
¿Facilitas que los que te rodean te hablen de sus cosas?
Tienes que verte no como alguien que vende un producto, sino como alguien que ofrece soluciones a problemas.
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